Pese a que vivimos la segunda década del siglo XXI, la sexualidad todavía se ve envuelta en una serie de mitos a las que muchos le hacen culto.
Por eso, consultamos con la médica-sexóloga radicada en Madrid, España, Jennyfer Méndez, qué hay de cierto en uno de ellos o si de plano es la hora de ir derribando estos mitos sexuales.
QUIEN BAILA EN LA PISTA, BAILA EN LA CAMA
Mito:
«Es verdad que las personas que bailan bien tienen una habilidad especial de coordinación que el baile da, pero eso no garantiza que seas bueno en la cama.
Una relación sexual se compone de muchas más cosas, de conexión con la otra persona. Es decir, puedes bailar muy bien, pero si no tienes conexión y complicidad con tu pareja ese movimiento de cadera no van a llegar a ninguna parte.
De hecho, muchas veces se crean falsas expectativas por ver que otra persona baila excesivamente bien y cuando llega la hora de la relación, no era lo que esperaba».
LA TALLA DEL PIE INCIDE EN EL TAMAÑO DE LOS GENITALES
Mito:
«En este sentido, hay estudios que se han hecho con muchísimos hombres que indican que no hay ningua correlación entre el tamaño del pie y los genitales».
LAS MUJERES SUELEN TENER ORGASMOS MÁS FUERTES DURANTE LA MENSTRUACIÓN
Mito-Verdad
«No existe evidencia científica que lo corrobore o desmienta. También hay que recordar que el orgasmo en una sensación de placer subjetiva.
La menstruación depende de cada mujer. Si se ve como algo sucio con lo que no se siente familiarizada y que genera asco, durante las relaciones sexuales, obviamente eso juega en contra del orgasmo.
Por otro lado, los orgasmos liberan endorfinas y esto ayuda a mejorar momentáneamente los malestares normales del periodo.
Se puede tener mayor sensibilidad porque toda la zona está congestionada y esto pudiera permitir que la mujer sienta más placer. Hay mujeres en las que sí funciona y otras en las que no, dependerá de cada una».
EL SQUIRT NO EXISTE, ES SIMPLE ORINA
Mito:
«Es necesario diferenciar el squirt de la eyaculación femenina. El squirt es orina diluida que sale por la uretra y es una cantidad mayor que la eyaculación, pero tampoco son «chorros» como es representada en el contenido para adultos. Habrá algunas mujeres que sí, pero no es el común. Este se puede dar junto a la eyaculación o no.
Cuando hablamos de la eyaculación femenina, se refiere a un líquido mucho más viscoso y transparente que sale por las glándulas de Skene o parauretrales. La cantidad que sale es considerablemente menor a la de los hombres.
La eyaculación femenina es totalmente involuntaria, mientras que el squirt puede ser voluntario si se aprende a hacerlo, pues todas las mujeres tienen la capacidad de poder producirlo».
LOS HOMBRES NO PUEDEN FINGIR ORGASMOS
Mito:
«Un estudio hecho en 2016 habla que un 25% de los hombres ha fingido alguna vez un orgasmo. Mucho menor que las mujeres, que se ubican entre un 60% y 70%.
Pueden eyacular sin tener orgasmos o ingeniárselas para simular que han terminado y rápidamente retirar el preservativo».
LAS MUJERES SE VUELVEN ADICTAS A LOS CONSOLADORES/VIBRADORES Y LES CUESTA TENER ORGASMOS CON SU PAREJA
Mito:
«Los hábitos masturbatorios se pueden crear con vibradores, dildos, succionadores o de forma manual. Aunque es mucho más fácil habituarse a algo que generará una satisfacción en apenas dos minutos. Estos se alternan con la pareja o usándolos de manera esporádica.
Competir con estos aparatos es difícil, no hay poder humano que sustituya su efectividad, pero no sustituye a la pareja».
LOS PRESERVATIVOS DISMINUYEN LAS SENSACIONES EN HOMBRES/MUJERES DURANTE UN ACTO SEXUAL
Mito:
«Este se puede decir que es de los mitos sexuales más antiguos y que definitivamente hay que seguir derribando. Es una excusa para no ponérselo. Ahora existen unos ultrafinos que son casi imperceptible, incluso existen unos con textura que aumentan la sensibilidad. También hay unos retardantes, pero eso ya es decisión de la persona porque quiere esa función».
LAS PERSONAS DE TEZ OSCURA SUELEN TENER UN MEJOR DESEMPEÑO DURANTE LAS RELACIONES SEXUALES
Mito:
«En la sexualidad influyen muchas cosas, entre esas la raza no tiene que ver, pero sí influye la cultura. Si yo soy una persona de tez oscura y me crié bajo una cultura o religión donde la sexualidad es vista como pecado o como algo inadecuado, nunca podrá vivirla a plenitud».
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